19/9/11

Historia de Tano



Esta narración es tal cual la hizo José Luis (el dueño de Tano), la he publicado por que quiero compartir su experiencia con todos ustedes.


"Somos José Luis y Mary vivimos en un pueblo de la costa Dorada (Cunit Tarragona) en una casa con jardín y tenemos un galgo que se llama Tano. Es un perro rescatado de un refugio cuando tenía tres años de edad, con total desconocimiento fue la vida que había llevado hasta entonces".

"Pronto descubrimos que Tano era un perro ideal en casa, suave, tranquilo, cariñoso muy compañero (como todos los galgos) , pero en cuanto salíamos a pasear por el pueblo se transformaba en otro perro. Tiraba de la correa como un poseído, al pasar delante de otras casas donde había perros (casi en cada casa de nuestra urbanización hay un perro), se abalanzaba contra las puertas o portones ladrando e intentando atacar enfurecido al perro que osaba meterse con él y lo peor de todo es que en cuanto veía otro perro por la calle se volvía agresivo y quería atacarlo".

"En un principio creíamos que después de haber sido maltratado y al vivir en jaulas era normal ese comportamiento pero esperábamos que con el paso del tiempo llegara a tranquilizarse y podría tener un comportamiento “normal” como es el comportamiento normal de perro con los otros perros, o sea sociabilizarse, jugar, convivir en armonía. Craso error, con el tiempo se fueron incrementando sus miedos y sus agresiones, para mal de males nuestra poca idea para corregir ese mal comportamiento, todo esto pasó a ser un grave problema para nosotros".

"Como hemos dicho al principio en casa era otro perro, cariñoso obediente, tranquilo, no tocaba nada, dormía en su cama, se quedaba solo sin ningún problema, en fin otro perro. Pero día que lo paseaba Mary, se escapó de su casa una perra pastor alemán, era una perra que siempre que pasábamos por su calle, ya estando a uno cincuenta metros, ladraba y se abalanzaba sobre la valla, ladrando y mostrando los dientes amenazante, por lo que veíamos que era una perra muy agresiva y nada equilibrada".

"Bien como decía se escapo por un descuido de la dueña y viniendo corriendo se abalanzó sobre el pobre Tano, que iba con la correa, Mary se asustó, dejo la correa y se armo la guerra. Cuando pudieron separarlos el resultado fueron once puntos de sutura para Tano que por la diferencia de peso y envergadura además de ir con la correa cogida al collar poco podía hacer para defenderse o escapar corriendo".

"Decidimos llegado a este punto ponernos en manos de un profesional para intentar corregir el mal comportamiento de Tano, sus miedos y sus manías de atacar a cualquier perro que se le cruzaba en su camino. En la misma consulta del veterinario que cosieron a Tano, vimos una tarjeta de Coqui educador canino y sin mas ese mismo día contactamos por teléfono con él. "

"En la primera visita ya vimos que Coqui tiene una conección especial con los perros, fuimos a pasear por los alrededores de casa, lo llevaba él sumiso a su lado, sin tirones, con la cola y las orejas bajas con una notable relajación cosa que nunca habíamos podido lograr nosotros mismo. En un descampado cercano de casa, nos encontramos con un hombre que llevaba un perro grande, nos acercamos con Tano, en un principio se puso en tensión, pero con una ligera corrección y un simple “schiss!!”, (que le hizo Coqui), volvió a bajar la cola y las orejas, se olieron tranquilamente como si se conocieran de toda la vida. Mi mujer y yo nos quedamos con la boca abierta del asombro, ya que con nosotros hubiera ladrado, saltado e intentado agredir al otro perro".

"Nos dimos cuenta que el gran problema no solo lo tenía Tano, sino que éramos nosotros, los que teníamos que aprender a comportarnos como unos líderes a mantener nuestra energía tranquila y confiar en Tano que el si bien actuaba como lo hacía pero que realmente necesitaba que nosotros le ayudáramos con nuestra, tranquilidad y confianza. Justamente ese fue el diagnóstico de Coqui. Había que empezar un entrenamiento tanto con el perro como nosotros".

"Al cabo de seis semanas de ejercicios, entrenamiento y educación, habíamos dado un paso de gigante en la sociabilización del perro. No teníamos el don de Coqui (por desgracia) pero habíamos conseguido que no tirara de la correa y fuera a nuestro paso, pasábamos por delante de las casas con perros ladrando, Tano no se inmutaba y él seguía al paso y lo mas importante se había hecho amigos de otros perros".

"Como podéis imaginar nuestra vida al lado de Tano, dio un giro de 180º no solo seguía comportándose bien en casa sino que podíamos salir a pasear tranquilamente sin tener que prepararse para la guerra, lo podemos soltar en la montaña (tenemos la gran suerte que además de la playa tenemos la montaña a 5 minutos) para que corra y juegue con sus amigos, cuando va suelto no se separa de nuestro lado y si lo hace para oler algo con un simple silbido viene corriendo hacia nosotros. En fin nuestra calidad de vida ha mejorado muchísimo".

"Solo hay un pero en nuestra contra y es que no hemos logrado que se haga amigo de los pastores alemanes, aun se muestra agresivo con ellos, Coqui si que lo consigue, pero nosotros por desgracia no tenemos el don de Coqui".

José Luis (Dueño de Tano)

Tano compartiendo cama con Kamut, después de tratamiento logicamente ya que antes no toleraba perros muy cerca de él.



Tano relajado con muchos perros alrededor y se observa la foto, tambien hay un pastor alemán, perro que antes le daba pavor.



Tano haciendo actividades muy relajado, con varios perros de distintas razas y tamaño, algo impensable antes de su rehabilitación.



"Gracias Jose luis y Mary por hacer un gran trabajo con Tano para lograr si restablecimiento a una vida normal de perro".


Coqui

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