3/11/09

Notas de periodicos y libros

Entrenan perros para difíciles tareas de rescate

Forman parte de un equipo mendocino de perros y rescatistas entrenado para detectar personas en zonas de desastre. Los apadrinan la Casa Blanca y el FBI.

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Uno de los perros rescatistas en plena práctica. Siempre están preparados para entrar en acción. (Claudio Gutiérrez / Los Andes)
Notas RelacionadasEl equipoviernes, 22 de enero de 2010

Asís, un ovejero belga de 3 años y medio, y Chopper, un ovejero alemán de 8 años, llegan a la entrevista puntuales y predispuestos. A pesar de la calurosa siesta mendocina, que el miércoles marcó más de 35 grados, ellos hacen sus ejercicios sin quejarse. Claro que sin antes equiparse para el trabajo con chalecos y cuerdas. Los entrenadores dan las órdenes y ellos, sin dudarlo, comienzan a prepararse para el rescate.

Es más, Asís y su instructora, Noelia Echeverría, estuvieron a punto de subirse al avión Hércules para viajar a Haití hace una semana. “Pero se decidió que volaran más médicos, dadas las características de la catástrofe”, contó la adiestradora y fundadora de Unión Mendocina de Búsqueda y Rescate Intercuerpos de Canes (Umbricc).

Esta organización no gubernamental (ONG), que trabaja desde hace cinco años en Mendoza, está apadrinada por los entrenadores de canes de la Casa Blanca, de Estados Unidos, y del Federal Bureau of Investigation (FBI).

“Teníamos todo listo para viajar a Haití. Es más, el gobernador de la provincia estaba en conocimiento. Pero por una cuestión de necesidad de la zona afectada convenía que fueran más profesionales de la salud”, contó Noelia, una de las dos fundadoras de esta ONG. Ella, su inseparable perra Asís y un paramédico eran los elegidos para ayudar en el país caribeño.

“Lo interesante de estos animales es que están entrenados para encontrar a personas vivas y cadáveres. Como sabíamos que en Haití habían más de 140 perros trabajando quisimos sumarnos para colaborar”, completó la entrenadora.

El viaje no se concretó, pero perros y entrenadores siguen trabajando para ayudar cada vez que sea necesario. Aunque esta organización no tiene respaldo de ninguna entidad, continúan realizando su silenciosa tarea “a pulmón”, como ellos definen. “Defensa Civil es una de las únicas instituciones que nos respalda, nos facilita movilidad y nos brinda apoyo moral”, contó Ayelén Castro, la otra fundadora de Umbricc.

Las ganas y la voluntad por seguir adelante con la tarea los llevó a estar apadrinados por Eduardo Martínez Arriaga y Sandy Reyman. El primero entrena canes para el FBI y la segunda para la Casa Blanca de Estados Unidos. "Hemos hecho cursos con ellos y aprendido mucho. Una vez por año vienen a la Argentina y tratamos de estar siempre”, contaron los entrenadores.

El equipo

El equipo completo se entrena al menos una vez por semana en el predio que perteneció a Carbometal, en Luján de Cuyo. También realizan actividades en los parques San Martín, Central y en la montaña.

Ya han participado en operativos locales, convocados por Bomberos y la Policía. El último fue el fin de semana, cuando un hombre joven se cayó al Dique Cipolletti. "También participamos en el rescate de una nena que se cayó en un pozo de agua el año pasado y en el rastreo de una señora que había desaparecido de su casa y tenía depresión", enumeró Guillermo Obredor, del grupo de rescatistas de Alta Montaña y miembro de esta organización.

La característica de estos perros es que están entrenados para la búsqueda de personas vivas y de cadáveres. Durante el entrenamiento, cuando Asís encontró a una persona viva, comenzó a ladrar intensamente, a mover la cola y corrió en busca de su entrenadora. "Esto es muy importante, nos busca para que rápidamente la saquemos de la zona de riesgo. Es distinto cuando encuentran un cadáve. Se muestran más pacíficos y se rascan", argumentó Noelia.

La clave del entrenamiento es la lectura del lenguaje corporal que el animal hace de su entrenador. "Por eso es tan importante que cada adiestrador viva con su perro, que lo conozca y esté en sintonía con él", dijeron los chicos de Umbricc.

Los entrenadores de estos perros recalcaron que están unidos por la misma esencia: "el amor hacia los animales. Para nosotros no son sólo una herramienta de trabajo; realmente los cuidamos, nos preocupamos por ellos y siempre estamos atentos a sus necesidades".






Fernando Masi y su perro andinista Amo llegaron a Chile
(nota extraida de Diario Uno Mza. Arg. de fecha 28/01/2009)


Fernando Masi y su perro andinista Amo llegaron a Chile
14:48 Mendoza La travesía comenzó el sábado 24 a las 10, desde Tunuyán. Mirá las fotos de los primeros pasos de la travesía.
Fernando Masi y su perro llegaron al punto más alto del cruce de los Andes
29 de enero de 2009

Fernando y Amo, listos para partir desde le monumento de San Martín en el Manzano.

El andinista Fernando Masi (Nino, para los amigos) y su perro Amo, que partieron hacia Chile por la Cordillera de los Andes el sabado 24, hicieron noche en el Paso Las Abejas y a las 13 llegaron al país vecino.

Telma Delcarpio, una de las montañistas del Andino Club Tunuyán que acompaña a Masi en la aventura, informó en comunicaciones satelitales que el clima en alta montaña era agradable y que el viaje se había desarrollado sin inconvenientes.

Después de pasar la noche de ayer en el Paso Las Abejas, comenzaron a cruzar a Chile por el Paso Piuquenes, por el que ahora llegaron al país vecino.

Anécdotas de la partida
Un amigo de Fernando Masi, Marcelo Romano, hizo llegar esta carta a UNO, donde relata las últimas horas junto a Nino y Amo antes de que emprendieran viaje y los primeros kilómetros de aventura.

"El viernes a la noche viajamos a su casa 'el viejo Manzano' para darle la despedida, apoyo afectivo y logístico, su hermano Marcelo y unos amigos: José Villanueva, René, Diego Marianetti y Marcelo Romano.

En la despedida se compartió una divertida cena con pastas caseras, junto la compañía de Amo bajo la mesa.

Al amanecer del día siguiente no se oyó un gallo sino los ladridos de Amo que entusiasmado quería la partida. Entre mates, Nino repasaba y ajustaba cada detalle de la expedición y se fue preparando toda la logística organizada en un clima relajante.

Ya, bajo el monumento de San Martín, ante la atenta mirada de muchísimas personas asombradas, entre ellos turistas que no querían perderse detalle alguno sacándole fotos, Nino comenzó a preparar a su perro poniéndole la alforja y calzándole unas botitas especialmente diseñada para proteger sus patas

Una vez que se hizo de la partida del monumento acompañamos a este dúo hasta que cayó la noche.

Algunas anécdotas fueron: paradas obligadas por la gente que se iba encontrando en el camino y querían dejarse un recuerdo a través de fotos y brindándoles un cálido apoyo con aplausos y gritos; sin conocer el terreno el perro lo guiaba por senderos más precisos... brillante. En uno de los recorridos ayudamos a Nino a buscar una botita que extravió Amo (por ir jugando entre charco y charco), la cual no encontramos porque vaya a saber dónde quedó enterrada.

Terminaron el día caminando bajo una noche estrellada. Llegaron a un refugio donde tuvieron un merecido descanso luego de compartir un clásico asado a 3 mil metros de altura.

Ya el domingo era el último día de compañía con nosotros y su logística llegando a Las Yaretas donde iban hacer campamento.

Luego en el maravilloso atardecer vinieron los abrazos de despedida para dejarlos solos junto con la compañía de la imponente Cordillera de los Andes para afrontar las siguientes etapas.

Gracias Nino y Amo por compartir esta emocionante primera etapa".

NOTA: de MDZonline de fecha 5/11/2009

Una mujer amamantó a dos cachorros de Rottweiler

Cuenta la leyenda de la fundación de Roma que los bebés Rómulo y Remo, abandonados por su madre, Rea Silvia, fueron alimentados en el bosque por la loba Luperca. Claro, esa historia escondía una simbología y no puede comprobarse que haya sido cierta.

Increíblemente, en la actualidad ocurre una historia que lejos de ser una leyenda es bien real, aunque al revés: una mujer alimenta a dos cachorritos de Rottweiler que fueron “abandonados por su madre”.

“Son cría de una perra que tenemos que los rechazó. No sabemos por qué, algunos dicen que es porque es primeriza y no los sabe cuidar. Los dos cachorritos se quedaron sin alimento y se iban muriendo de hambre. Cuando ves una situación así te jugás con todo”, aseguró Ángel Ciavatelli a Crónica TV.

Su mujer, Andrea Rivas, la “madre adoptiva” de los dos perritos aseguró: “No me da impresión, me da ternura”. Ambos fueron padres hace pocos meses de Cristian, aunque ahora coincidieron en que tienen “trillizos”, en referencia a su hijo y los dos cachorritos, a los que llamaron León y Gauchita.

“Una mamadera con leche de vaca no es lo mismo, porque ellos necesitan una leche y un cariño de mamá. Cuando los pusimos se adaptaron enseguida. Habíamos tratado de alimentarlos con una jeringa, pero se ahogaban”, sostuvo Ciavatelli.

“Ella se puso mal no quería ver morir perritos. Nos jugamos el todo por el todo, a pesar de que varios veterinarios nos decían que le puede hacer mal. Y ella le dijo no, qué le va a hacer mal si le estoy dando la teta, les estoy dando vida”, agregó el hombre, que además detalló que tienen ocho perros.

Ciavatelli relató que tienen problemas para cuidar a los animales, porque en este momento están en un local y temen que los desalojen para edificar en ese lugar. “No sabemos qué va a pasar con los perros y nosotros. Me ofrecieron un departamento, pero sin los perros”, afirmó y dijo que estaban buscan “un terreno, para pagar en cuotas”.

En ese sentido, agregó que reciben donaciones para poder mantener a los perros. El email: ciavatelli411@hotmail.com

Fuente: Minutouno.com
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/169930



NOTA DE DIARIO LOS ANDES (MENDOZA ARGENTINA) DE FECHA. martes, 03 de noviembre de 2009

Destroza la casa cuando los dueños no están, se come las pantuflas, ladra sin descanso si no le abren la puerta, tiene pánico a los petardos, muerde a los chicos con los que antes jugaba. ¿Su perro necesita hacer terapia? Los “psicólogos de mascotas” dejaron de ser una excentricidad.

Es que, como perros y gatos también sufren de depresión, estrés, ansiedad y fobias, hay veterinarios y psicólogos especialistas en comportamiento animal que analizan al “paciente”, a sus dueños y a sus hábitos cotidianos para entender los porqués detrás de esas conductas y modificarlas.

Mientras cursaba el 4° año de Ciencias Económicas, Gustavo Bianco adiestraba perros. Pero un buen día pensó que las técnicas eran poca cosa y que al oficio le faltaba algo. Cerró los libros de Economía, fue a la UBA y se anotó en Psicología. De ahí, sólo le faltaba un último envión: se especializó en terapia cognitivo conductual, la que aplica tanto a humanos como a perros. Hoy es psicólogo de perros a domicilio y de humanos en su consultorio.

¿Cómo darnos cuenta de que nuestro perro necesita de sus servicios? “La consulta más común es por hiperactividad: la familia se compra un perro para que esté echado en el sillón, pero el animal no se queda quieto. La mayoría de los problemas de conducta tiene un componente de aprendizaje de los dueños y del ambiente. Es común que el perro vea que lo miran y le hablan, sólo cuando salta o ladra, es decir, que entienda que si se porta bien lo ignoran y si se porta mal capta la atención de todos”, explica.

También sirve la terapia cuando hay signos de estrés: “Si dejó de comer, si aumentó o disminuyó su actividad, si bosteza, si tiene conductas de automutilación (como morderse la cola), si ladra excesivamente puede estar estresado”.

Un caso típico: la familia se va de vacaciones y lo deja en un departamento para que alguien lo cuide. Se lo saca de un ambiente en donde podía correr y sociabilizar y se lo lleva a otro espacio reducido. “Las mascotas también se deprimen, aunque indirectamente. Si el dueño está estresado y por eso hay menos salidas, menos caricias, menos contacto visual, recibe menos de lo que solía recibir y eso puede causarle depresión”.

La sesión cuesta unos $ 100 y se pueden necesitar varias. Ejemplo: lograr que un cachorro hiperactivo se calme puede demandar una sesión y que un perro deje de tener miedo a los petardos, unas tres.

Fernando Catrina es titular de la cátedra de Etología -estudia el comportamientos e los animales- en la Universidad Católica de Córdoba y jefe del servicio de etología del Hospital Clínico Veterinario. Lo suyo es la “zoopsiquiatría” de perros y gatos, es decir, que a sus “pacientes” puede recetarles psicofármacos.

Cada sesión a domicilio puede durar hasta dos horas. “Evalúo cuándo come, dónde duerme, qué hace si está encerrado y hago un pre diagnóstico. Si me cuentan que el perro duerme en su cama o come con ellos en la mesa ya tengo un indicio de un trastorno jerárquico. Por eso, para que el animal cambie debe cambiar el entorno. Hay quienes lo dejan dormir en su cama y eso es una prerrogativa jerárquica: duerme en el mismo lugar que el líder de la familia. Cuando se le da un lugar de líder, el perro no tiene un líder a quién obedecer”.

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